Disfunción del tendón tibial posterior (PTTD)

  • Síntomas:

    Dolor e hinchazón, deformidad del pie plano, dificultad para caminar, desequilibrio, fatiga en el pie y la pierna.

  • Tratamiento:

    Descanso, fisioterapia, cirugía, antiinflamatorios no esteroideos.

plantar fasciitis

¿Qué es la disfunción del tendón tibial posterior?

Disfunción del tendón tibial posterior

La disfunción del tendón tibial posterior (PTTD) es una afección que afecta el tendón tibial posterior, que se extiende a lo largo del interior del tobillo y el pie. Este tendón desempeña un papel clave al sostener el arco longitudinal medial del pie, ya que ayuda a controlar el movimiento del pie al caminar o correr.

Cuando el tendón se daña o se debilita, puede provocar una serie de síntomas que afectan la capacidad de caminar o estar de pie cómodamente. Lamentablemente, el trastorno de estrés postraumático suele ser progresivo, lo que significa que la afección puede empeorar con el tiempo si no se trata adecuadamente. Esto lleva a una deformidad adquirida del pie plano y a un pie plano potencialmente grave.

Si bien la PPTD se observa con frecuencia en adultos, especialmente en personas mayores de 40 años, puede afectar a personas de cualquier edad. Como cualquier afección, la gravedad puede variar mucho de una persona a otra. No importa tu edad ni qué tan extremos sean los síntomas de la tendinitis tibial posterior, estamos aquí para ayudarte. En PrimeCare, estamos aquí para brindarle el apoyo y la atención práctica que necesita para recuperar la movilidad y reducir las molestias.

Etapas de la insuficiencia del tendón tibial posterior

La insuficiencia del tendón tibial posterior (PTTI) es una afección progresiva que afecta al tendón que sostiene el arco del pie. A medida que el tendón se debilita, las etapas del PTTI revelan niveles crecientes de disfunción. Hemos proporcionado un desglose de la progresión típica de la afección:

  • Etapa 1: Comienza con dolor e hinchazón leves que con frecuencia se presentan a lo largo de la parte interna del tobillo. No hay cambios visibles en la estructura o la función del pie.
  • Etapa 2: Luego, el tendón se debilita, lo que lleva a un colapso gradual del arco del pie. Los pacientes pueden notar una deformidad en el pie plano y tener dificultades para caminar o permanecer de pie durante períodos prolongados. El músculo tibial posterior pierde su función de soporte del arco, lo que provoca el colapso del arco medial.
  • Etapa 3: Luego vienen deformidades importantes en los pies, que incluyen pies planos graves, desalineación y movilidad reducida. El tendón puede romperse y provocar dolor crónico y una mayor disfunción. Esta etapa también puede incluir daños en el ligamento elástico y otras estructuras de soporte, lo que hace que el dolor y la hinchazón del pie se intensifiquen.
  • Etapa 4: La última etapa es la degeneración avanzada del tendón y la articulación que a menudo afecta a las articulaciones del tobillo y del pie. Esta etapa puede limitar gravemente la movilidad y puede requerir una intervención quirúrgica.

¿Cuáles son los signos y los síntomas del trastorno postraumático?

Los síntomas del trastorno de estrés postraumático pueden ir desde una leve molestia hasta alteraciones más graves en la función del pie. Estas son las señales clave a las que hay que prestar atención:

  • Dolor e hinchazón: El síntoma más común de la PTD es el dolor en la parte interna del tobillo y el pie. Este dolor suele ir acompañado de hinchazón, especialmente después de la actividad.
  • Deformidad del pie plano: A medida que el tendón tibial posterior se debilita, ya no puede sostener el arco del pie de manera efectiva. Esto puede provocar un aplanamiento del arco del pie y provocar una apariencia de pie plano o colapsado. Esto se conoce comúnmente como pie plano adquirido en la edad adulta.
  • Dificultad para caminar: Si no se trata, la disfunción del tendón tibial posterior puede provocar problemas para caminar. Es posible que notes que te cuesta soportar el peso sobre el pie o que sientas un desequilibrio inusual al estar de pie o al caminar.
  • Desequilibrio: La pérdida del soporte adecuado del arco y la alteración de la mecánica del pie pueden afectar el equilibrio y hacer que sea más propenso a las caídas.
  • Fatiga en el pie y la pierna: Las personas con PTD también pueden experimentar fatiga en el pie o la pierna debido a la sobrecompensación de otros músculos. Esto puede hacer que sea difícil caminar o estar de pie durante largos períodos sin sentir molestias.

¿Qué causa la disfunción del tendón tibial posterior?

La PTD se produce cuando el tendón tibial posterior se sobrecarga, se daña o se inflama. En la mayoría de los casos, la afección es causada por uno o más de los siguientes factores:

  • Uso excesivo o esfuerzo repetitivo: Las actividades que implican estar de pie durante mucho tiempo o caminar en exceso pueden ejercer presión sobre el tendón tibial posterior. Los atletas, especialmente los corredores, suelen estar en riesgo, ya que los movimientos repetitivos pueden provocar el desgaste del tendón.
  • Envejecimiento y desgaste: A medida que envejecemos, el tendón tibial posterior puede perder su elasticidad y perder su eficacia para sostener el arco del pie. Este proceso degenerativo es una causa común de trastorno postraumático en las personas mayores.
  • Obesidad: El exceso de peso puede ejercer una presión adicional sobre los pies y los tobillos, lo que contribuye al desarrollo del trastorno postraumático. El aumento de la carga sobre el tendón tibial posterior podría provocar su disfunción con el tiempo.
  • Diabetes: La neuropatía diabética y la mala circulación pueden afectar a los tendones y ligamentos de los pies, lo que aumenta el riesgo de daño y disfunción de los tendones.
  • Traumatismo o lesión: Las lesiones anteriores del tobillo, como esguinces o fracturas, pueden comprometer la integridad del tendón tibial posterior y provocar un trastorno postraumático de estrés postraumático.

¿Cómo se diagnostica el PTD?

Diagnosticar el trastorno postraumático no siempre es sencillo e implica una evaluación integral, que incluye:

  • Examen físico: El médico realizará un examen físico para evaluar la alineación del pie y el tobillo, así como cualquier signo de hinchazón o deformidad. También comprobará si hay sensibilidad a lo largo de la parte interna del tobillo y observará tu patrón de marcha.
  • Historial médico: Otro factor importante para diagnosticar el trastorno de estrés postraumático es comprender su historial médico, incluidas las lesiones o afecciones pasadas, como la diabetes.
  • Pruebas de diagnóstico por imágenes: Las radiografías, las resonancias magnéticas o las imágenes de ultrasonido pueden ayudar a detectar signos de daño en los tendones, desalineación de las articulaciones o anomalías óseas. Una resonancia magnética, en particular, puede mostrar daños en los tejidos blandos del tendón tibial posterior.
  • Evaluación funcional: En algunos casos, el médico puede evaluar tu forma de andar y el funcionamiento general del pie para comprender mejor cómo la disfunción del tendón afecta tu movimiento.

¿Cuál es el tratamiento para la disfunción del tendón tibial posterior?

No existe un enfoque único para todos los casos y el tratamiento del trastorno postraumático varía según la gravedad de la afección. La intervención temprana con frecuencia puede prevenir la progresión de la enfermedad, mientras que los casos más graves pueden requerir una intervención quirúrgica. Estas son las opciones de tratamiento más comunes:

Modificación del descanso y la actividad

Descansar el pie afectado y reducir las actividades que ejercen presión sobre el tendón tibial posterior (como correr o estar de pie durante períodos prolongados) pueden ayudar a reducir la inflamación y permitir que la afección se cure.

Fisioterapia

Un programa de fisioterapia personalizado puede fortalecer los músculos que sostienen el pie y el tobillo, mejorar la flexibilidad y tratar cualquier anomalía de la marcha causada por el trastorno de estrés postraumático. La terapia también puede ayudar a mejorar el funcionamiento general y a reducir el dolor.

Tratamiento ortopédico

Aparatos ortopédicos diseñados a medida, incluidos soportes para arcos o ortesis tobillo-pie (AFO), pueden ayudar a proporcionar el soporte necesario al arco del pie y reducir la tensión en el tendón tibial posterior. Los aparatos ortopédicos pueden mejorar la alineación, restaurar la función y aliviar el dolor asociado con esta afección.

Aparatos ortopédicos

En las etapas más avanzadas del trastorno postraumático, se pueden recomendar aparatos ortopédicos que sostengan el tobillo y brinden estabilidad. Estos dispositivos ayudan a prevenir una mayor deformidad y ayudan a caminar.

Medicamentos

Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) pueden ayudar a controlar el dolor y la inflamación. En los casos más graves, se pueden usar inyecciones de corticosteroides para reducir la inflamación del tendón.

Cirugía

Si los tratamientos conservadores como las opciones anteriores no ofrecen suficiente alivio, es posible que sea necesaria una cirugía. Las opciones quirúrgicas incluyen las siguientes:

  • Reparación o reconstrucción de tendones: La reparación quirúrgica del tendón tibial posterior puede restaurar la función y evitar que el arco se colapse aún más.
  • Transferencia de tendones: En algunos casos, se puede transferir un tendón sano de otra parte del cuerpo para compensar el daño del tendón tibial posterior.
  • Osteotomía: En casos graves, puede ser necesaria una cirugía para realinear los huesos del pie o el tobillo.

En Ortesis y prótesis PrimeCare, sabemos lo difícil y doloroso que puede ser vivir con una disfunción del tendón tibial posterior. Es por eso que ofrecemos aparatos ortopédicos y dispositivos de apoyo personalizados diseñados específicamente para aliviar el dolor, estabilizar el pie y ayudarlo a caminar con más facilidad. Nuestro objetivo es acompañarlo en cada paso de su recuperación, ayudándole a recuperar la comodidad y la confianza en sus movimientos.

Si tienes síntomas de disfunción del tendón tibial posterior, la intervención temprana es crucial. Te recomendamos que consultes con un proveedor de atención médica, como un podólogo, que pueda evaluar tu afección y guiarte hacia las mejores opciones de tratamiento para tus necesidades. Permítanos ayudarlo a dar el siguiente paso hacia una recuperación más suave y cómoda.

¿Se puede prevenir la disfunción del tendón tibial posterior?

Desafortunadamente, esta afección no se puede prevenir por completo, pero puedes reducir el riesgo de desarrollar un trastorno de estrés postraumático tomando medidas para cuidar los pies y los tobillos. Estas incluyen:

  • Mantener un peso saludable
  • Llevar el calzado adecuado
  • Evitar el uso excesivo
  • Tratar cualquier lesión en el pie o el tobillo lo antes posible

Si tiene una afección como la diabetes o ha sufrido una lesión, los chequeos periódicos con un proveedor de atención médica pueden ayudar a detectar los primeros signos del trastorno de estrés postraumático antes de que se agrave.

Alivie el trastorno de estrés postraumático con PrimeCare Orthotics & Prosthetics

Desde 2009, nuestro experimentado equipo ha estado trabajando con los pacientes para crear soluciones ortopédicas personalizadas que se adapten a sus necesidades. Hemos atendido a más de 30 000 pacientes y estamos orgullosos de tener una reputación tan positiva en nuestra comunidad local. Ya sea que tenga dolor, un colapso del pie o debilidad, le ofrecemos el apoyo que necesita para volver a vivir la vida al máximo.

¡Programe su consulta gratuita hoy y comience su viaje hacia la recuperación!

El campo debe rellenarse
El correo electrónico es incorrecto
El teléfono es incorrecto
El campo debe rellenarse
¡Gracias por tu mensaje!
Nuestro equipo se pondrá en contacto pronto
¡Uy! Algo salió mal al enviar el formulario.