A medida que envejecemos, el cuerpo cambia, y nuestros pies no son una excepción. El dolor y los problemas en los pies son frecuentes en los adultos mayores, lo que dificulta la ejecución de las funciones cotidianas. Desde el pie plano hasta el dolor de talón, son muchas las dolencias que pueden dificultar tareas como subir escaleras o levantarse de una silla. También es posible que este dolor afecte al equilibrio, lo que aumenta el riesgo de caerse y lesionarse. Los cambios en los pies por el envejecimiento, aunque comunes, pueden ser difíciles de manejar por uno mismo. Exploremos cómo pueden desarrollarse los pies doloridos y esbocemos algunos consejos para mejorar la salud general de sus pies, independientemente de su edad.
Exploración de la estructura del pie
Los problemas de los pies de las personas mayores no son de talla única. Tenga en cuenta las décadas que lleva de pie y caminando y la presión que ejerce sobre la articulación del tobillo. Con el tiempo, la capa acolchada natural que hay bajo el talón y la bola del pie empieza a adelgazarse. Como puedes imaginar, tus pies doloridos son el resultado de unos arcos más planos y menos flexibles, que causan dolor, y tu pie se vuelve más largo y ancho de lo que solía ser. Puede que incluso te des cuenta de que llevar zapatos que antes te resultaban cómodos ya no es una opción.
Hay enfermedades específicas que pueden aumentar el riesgo de padecer problemas en los pies. Por ejemplo, la mala circulación como consecuencia de la diabetes puede provocar daños en los nervios y reducir la circulación sanguínea. La mala circulación puede provocar neuropatía periférica, enfermedad arterial periférica y otros problemas relacionados con los pies.
Los trastornos del pie se tratan mejor con la orientación y el tratamiento adecuado de un médico. En Prime Care, ofrecemos soluciones ortopédicas en Albuquerque y Las Cruces para ayudar a aliviar el dolor.
¿Son frecuentes los problemas en los pies?
Los problemas de los pies al envejecer no son infrecuentes. De hecho, una de cada tres personas mayores de 65 años sufre dolor de pies, rigidez o dolor general en los pies. Las personas que viven en centros de cuidados de larga duración presentan tasas aún más elevadas de problemas en pies y tobillos. Los problemas en los pies son más frecuentes en las personas mayores, obesas, diabéticas o con enfermedades cardiovasculares, osteoporosis o dolor de rodilla, cadera o espalda.
Otros factores de riesgo son el uso de zapatos mal ajustados o el desarrollo de infecciones fúngicas en la uña del pie. Se calcula que un tercio de las personas mayores padecen este tipo de afecciones. Además, los callos, las callosidades y las deformidades de las articulaciones de los dedos, como los juanetes, pueden aumentar las probabilidades de desarrollar problemas relacionados con los pies.
21 tipos más comunes de problemas en los pies
Los cirujanos de pie y tobillo pueden tratar desde uñas encarnadas hasta fascitis plantar y fracturas por estrés. Profundicemos en algunos de los problemas más comunes de los pies.
#1 Atrofia de la almohadilla adiposa
Con la edad, es posible que aumente de peso o engorde. Sin embargo, es probable que pierda acolchado en los pies. Esta capa acolchada es ideal para proteger los pies de los golpes diarios que se producen al caminar, correr o desplazarse. Al perder este acolchado, los huesos se clavan en el suelo, provocando dolor en la parte anterior del pie y en el talón. Lo ideal es invertir en plantillas de espuma a medida, conocidas como plantillas ortopédicas, para combatir el dolor. En los casos más graves, el médico puede recomendar inyecciones de relleno para ayudar a reponer la grasa perdida en los pies.
#nº 2 Úlcera del pie diabético
Si padece muchos factores metabólicos y neurovasculares, es posible que sufra un problema denominado neuropatía diabética. Como consecuencia, puede experimentar pérdida de sensibilidad o dolor en los pies, dedos de los pies, piernas y brazos, derivados de la mala circulación y el daño nervioso. Es posible que aparezcan llagas o ampollas a medida que la piel muerta se acumula en la resistente capa superior de la piel. Estas lesiones pasan desapercibidas debido a la pérdida de sensibilidad y pueden ser fuente de infecciones o bacterias.
Entre los factores de riesgo de las úlceras del pie diabético se incluyen un mal control glucémico, fumar cigarrillos, mala circulación, enfermedad renal diabética o ulceraciones previas en el pie. En casos extremos, una úlcera de pie diabético puede desembocar en la necesidad de una amputación por diabetes.
#3 Osteoartritis
Una baja densidad ósea puede provocar la aparición de artritis de tobillo. Se trata de una forma de artrosis, una enfermedad degenerativa que afecta al cartílago articular de la articulación del tobillo, que se desgasta y se rompe con el tiempo. La falta de cartílago significa que no hay capa protectora entre los huesos, lo que da lugar a espolones óseos o fragmentos de hueso. Esto provoca dolor y rigidez en la articulación. Muchos adultos descartan estos síntomas y los aceptan como parte del envejecimiento, pero es importante buscar la experiencia de un médico. Hay muchos tratamientos posibles que pueden hacer que vuelva a tener unos pies sanos. Si está sufriendo, puede buscar plantillas ortopédicas para la artrosis de tobillo.
#4 Neuroma de Morton
Un neuroma no es un tumor, sino un crecimiento benigno. Es el resultado del engrosamiento e inflamación del tejido nervioso que puede desarrollarse en cualquier parte, desde la almohadilla del zapato hasta el dedo gordo. Concretamente, el neuroma de Morton causa dolor en el pie localizado en el metatarso, normalmente entre el tercer y el cuarto dedo. Produce una sensación similar a la de tener una piedra en el zapato que se pisa constantemente. Otras personas afirman sentir un dolor punzante o quemante o tener la sensación de caminar sobre un calcetín doblado. Es posible experimentar entumecimiento en el pie como consecuencia del neuroma de Morton.
Hasta una de cada tres personas padece esta dolencia, y entre las opciones de tratamiento más comunes se incluyen cambiar el tipo de calzado que se utiliza, cambiar las almohadillas de los zapatos o recibir un masaje. Algunas personas optan por inyecciones de esteroides o incluso por la cirugía para solucionar este problema.
#5 Tacones agrietados
Los pies sanos tienen suelas gruesas y flexibles que ayudan a prevenir el desgaste derivado de caminar o pisar superficies irregulares o con temperaturas diferentes. Sin embargo, si se ignora la salud general de los talones, pueden agrietarse y resecarse. Como puede imaginar, los talones agrietados pueden ser dolorosos cuando se aplica presión, lo que provoca roturas o hemorragias con más facilidad que los talones sanos. Las heridas abiertas en cualquier parte del pie pueden provocar una infección que debe tratarse con prontitud para evitar problemas mayores.
#6 Dolor de talón y fascitis plantar
Una de las causas más comunes del dolor de talón es la fascitis plantar. Esta afección consiste en la inflamación de una banda de tejido grueso que se extiende por la parte inferior de cada pie, conectando los dedos con el hueso del talón. La mayoría de las personas experimentan un dolor punzante durante los primeros pasos de la mañana. Con más movimiento, el dolor suele disminuir, pero estar inactivo durante largos periodos puede hacer que se reavive.
Aunque la causa exacta de la fascitis plantar no se conoce bien, es frecuente en corredores ávidos o personas con sobrepeso. Cambiar la forma de andar para adaptarse al dolor puede provocar problemas en la rodilla, la cadera o la espalda, por lo que es aconsejable consultar a un médico.
#7 Uñas encarnadas
Una uña encarnada es una afección frecuente que se produce cuando el lateral o la esquina de una uña crece directamente en la carne blanda circundante. Puede producirse en el dedo gordo del pie o en cualquiera de los dedos, con la consiguiente inflamación, hinchazón, dolor y, en algunos casos, infección. Muchas personas pueden curar una uña encarnada por sí solas, pero si el dolor es demasiado intenso o se extiende a otras zonas del dedo, es importante acudir al médico para evitar complicaciones.
Las personas diabéticas o con circulación sanguínea deficiente corren un mayor riesgo de sufrir complicaciones por este problema tan común en los pies. El uso de zapatos que obligan al pie a adoptar una posición en forma de garra, cortarse las uñas demasiado cortas, lesionarse una uña y ciertas afecciones médicas son factores comunes.
#8 Pie Plano
El pie plano, también conocido como pie plano, es una afección común que ejerce una presión excesiva en los arcos de los pies cuando se aplica presión. Cuando las personas con pie plano se ponen de pie, los pies apuntan automáticamente hacia fuera, haciendo que las plantas de los pies toquen el suelo.
Esta afección puede producirse si los arcos no se desarrollan adecuadamente durante la infancia. Una lesión que se produce más adelante en la vida o el simple desgaste por la edad también pueden provocar la aparición de pies planos. Este trastorno suele ser indoloro y, si no siente dolor, no requiere tratamiento. Sin embargo, si se siente limitado por esta afección y experimenta molestias, es conveniente que acuda a un especialista.
#9 Tendinitis de Aquiles
El uso excesivo del tendón de Aquiles puede provocar una tendinitis aquilea. En esta afección, la banda del tendón de Aquiles, que conecta el músculo de la pantorrilla con el hueso del talón, se lesiona. Se trata de una lesión frecuente en corredores ávidos que han aumentado la distancia o la intensidad de sus carreras sin la preparación adecuada. Las personas de mediana edad que practican deportes como el tenis o el baloncesto sólo ocasionalmente también pueden sufrir esta afección.
El cuidado de esta dolencia es relativamente sencillo: puede hacer estiramientos diarios, fortalecer los músculos de la pantorrilla, llevar el calzado adecuado y aumentar gradualmente su nivel de actividad. Los afectados también pueden adquirir plantillas ortopédicas a medida para aliviar el dolor.
#10 Gota
Otra forma de artritis inflamatoria es la gota. Se trata de una afección muy dolorosa que suele afectar a una articulación cada vez, concretamente a la articulación del dedo gordo del pie. Los brotes son periodos de dolor más intenso, y la artritis gotosa puede deberse a brotes repetidos que pueden durar desde días hasta semanas, meses o incluso años. Los síntomas habituales de la gota son dolor intenso, enrojecimiento, hinchazón o sensación de calor. Suele estar causada por una afección llamada hiperuricemia, que significa que hay demasiado ácido úrico en el organismo. Aunque esta enfermedad no tiene cura, es posible controlarla con la medicación adecuada y estrategias de autocontrol.
#11 Juanetes
Los juanetes son protuberancias óseas que se desarrollan en la base interna del dedo gordo. Son el resultado del desplazamiento de algunos huesos de la parte delantera del pie, lo que obliga al dedo gordo a acercarse al dedo pequeño. Esto hace que la articulación de la base del dedo sobresalga, lo que a veces provoca dolor o enrojecimiento de la piel que se desarrolla sobre el juanete. Lo ideal es que las personas con juanetes lleven zapatos amplios en lugar de zapatos estrechos y apretados, ya que esto puede agravar los juanetes. También es posible que los juanetes se desarrollen como resultado de una deformidad del pie, la forma natural del pie o debido a una afección médica como la artritis. Algunos juanetes no requieren tratamiento médico, pero en otros casos, a veces existe la necesidad de cirugía.
#12 Espolones óseos
Los fragmentos y salientes óseos que se desarrollan a lo largo del borde del hueso se denominan espolones óseos (osteofitos). Suelen aparecer en las articulaciones, donde los huesos se unen. En algunas personas, los espolones óseos no provocan ningún signo o síntoma, y es posible que no sean conscientes de que los padecen. Sin embargo, otras personas experimentan dolor e incluso pérdida de movilidad en las articulaciones.
Específicamente en los pies, los espolones óseos se desarrollan debido a la tensión o presión que se aplica a un hueso durante un largo período de tiempo. En el proceso, el cartílago de esta zona puede destruirse, lo que obliga al cuerpo a crear hueso nuevo en su lugar. Si se desarrolla un espolón óseo en el talón, se denomina espolón calcáneo. Aplicar hielo regularmente sobre los espolones puede ayudar a reducir la hinchazón, y los AINE se utilizan para aliviar el dolor. Las plantillas pueden ayudar.
#13 Bursitis
La bursitis es una afección dolorosa que se produce cuando la bursa -un pequeño saco lleno de líquido que amortigua y reduce la fricción entre tejidos como huesos, tendones y músculos- se inflama. La bursitis suele afectar a articulaciones importantes como el hombro, el codo, la cadera y la rodilla, provocando dolor, hinchazón y rigidez en la zona afectada. Puede estar causada por movimientos repetitivos, presión prolongada, lesiones o afecciones subyacentes como la artritis. El tratamiento de la bursitis suele consistir en reposo, hielo y antiinflamatorios, mientras que los casos más graves pueden requerir fisioterapia, inyecciones de corticosteroides o, en raras ocasiones, cirugía.
#14 Hammertoe
El dedo en martillo afecta al segundo, tercer o cuarto dedo del pie. Quienes padecen esta afección experimentan un dedo doblado en la articulación media, a menudo en el dedo en martillo. Como resultado, la forma se asemeja a un martillo. Durante su fase de desarrollo, los dedos en martillo son más flexibles y responden a tratamientos sencillos, como un cambio de calzado o ejercicios de fortalecimiento. Sin embargo, si no se tratan, pueden empeorar y requerir cirugía.
La mayoría de los dedos en martillo son dolorosos, sobre todo cuando se llevan zapatos apretados, como tacones altos u otros zapatos que aprietan. Los síntomas incluyen enrojecimiento, hinchazón, dificultad para caminar, una curvatura anormal del dedo, la incapacidad de enderezar el dedo o el desarrollo de un callo o callosidad sólo en la articulación media del dedo.
#15 Puntera en garra
Como su nombre indica, los dedos en garra se doblan hacia arriba o hacia abajo dependiendo de la desalineación de la articulación. En algunas personas, los dedos también se doblan hacia abajo y por debajo del pie. Con el tiempo, esta "garra" se clava en la suela de los zapatos y produce dolorosos callos.
Sin tratamiento, los dedos en garra se vuelven más rígidos y más difíciles de tratar. Es importante buscar asistencia médica, ya que el médico puede recomendar entablillar o vendar los dedos para mantenerlos en su sitio. Otros remedios pueden ser llevar zapatos más cómodos, estirar los dedos con las manos o hacer fisioterapia para fortalecerlos y ejercitarlos.
#16 Fracturas por estrés
Las pequeñas grietas que se forman en los huesos se denominan fracturas por estrés. Suelen producirse por un uso excesivo o repetitivo, como correr largas distancias o realizar repetidamente el mismo movimiento al caminar. La osteoporosis también puede ser el desencadenante de una fractura por sobrecarga, ya que se trata de una enfermedad ósea debilitada.
Cualquiera puede sufrir este tipo de lesión, pero las personas como los atletas de atletismo o los militares que corren largas distancias con mochilas a la espalda corren un mayor riesgo. También puedes sufrirla si te precipitas en una actividad y no vas aumentando la distancia o el ritmo. Para tratar una fractura por sobrecarga, tendrás que hacerte radiografías, una gammagrafía ósea o una resonancia magnética. Llevar una bota o utilizar muletas puede ayudar a curar los huesos.
#17 Infecciones fúngicas
Las infecciones por hongos en los pies se conocen como pie de atleta y son un tipo de tiña. Aparece como una erupción que pica, que quema o que escuece encima de la piel infectada. Lo más habitual es que el pie de atleta se desarrolle entre los dedos, pero también puede aparecer en la parte superior y en la planta de los pies.
Aunque esta enfermedad puede afectar a todo el mundo, suele afectar más a los hombres mayores de 60 años. Entre los factores de riesgo se encuentran la obesidad, la diabetes, un sistema inmunitario débil en general o daños en los tejidos del pie. El mejor remedio para el pie de atleta son las cremas, pomadas, geles, aerosoles, etc. antimicóticos de venta con o sin receta médica. Por desgracia, esta afección rara vez desaparece por sí sola.
#18 Callos
Los callos son capas de piel gruesas y endurecidas que se desarrollan como respuesta automática de la piel para protegerse de la presión o la fricción. Es habitual que aparezcan en la planta de los pies, y puedes eliminar la piel muerta a medida que se desarrolla para mantener a raya callos y durezas.
Aunque son similares, los callos y las durezas difieren. Los callos son más pequeños y profundos, y tienen un centro duro rodeado de piel hinchada. Las callosidades suelen desarrollarse en zonas de presión y suelen ser más grandes que los callos. Si el callo te duele cada vez más o hay una inflamación excesiva, pide cita con tu médico.
#19 Callos
Como ya se ha mencionado, las callosidades difieren ligeramente de los callos, aunque son similares. En la mayoría de los casos, las callosidades no son dolorosas y suelen aparecer en zonas de presión, como los talones o las plantas de los pies. No necesitarás tratamiento para las callosidades a menos que te causen mucho dolor o simplemente no te guste su aspecto. Para minimizar la aparición de callos, puedes sumergirlos en agua tibia y jabón para ablandarlos. A continuación, podrás eliminar la piel reblandecida con una piedra pómez o una toallita.
#20 Esguinces de tobillo
Otro problema de pies y tobillos que sufren las personas mayores son los esguinces de tobillo. Esto ocurre cuando el tobillo se tuerce, rueda o gira en una posición incómoda y antinatural. Como resultado, los ligamentos se estiran más allá de sus límites normales.
Los esguinces de tobillo pueden ser de diversa gravedad: algunos son leves y se curan con relativa rapidez, mientras que otros son más intensos y requieren un periodo de recuperación más largo. Elevar el tobillo, aplicar hielo de forma constante y tomar medicamentos sin receta pueden ayudar a curar los esguinces de tobillo, pero si el dolor persiste, asegúrate de concertar una cita con tu médico.
#21 Cánceres de piel
Un tipo concreto de cáncer de piel que afecta a los pies es el melanoma del pie. Esta afección de los pies de las personas mayores comienza con un melanoma que puede desarrollarse en cualquier parte del pie, incluso debajo de las uñas, entre los dedos o en las plantas de los pies. La mejor manera de estar al tanto del cáncer de piel relacionado con los pies es examinarse periódicamente los pies para detectar lunares o cambios en los lunares. Si observa que un lunar ha crecido en tamaño o textura, es conveniente que acuda a su médico para asegurarse de que se cuida adecuadamente.
Cuidar los pies de las personas mayores
El cuidado de los pies de las personas mayores es una parte esencial para mantenerse sano. He aquí algunos consejos a tener en cuenta.
Cuidados regulares
A medida que usted o su ser querido envejecen, asegúrese de que se realizan revisiones periódicas para detectar cambios relacionados con los pies. Debe tenerse en cuenta cualquier llaga abierta, grieta, deformidad de los dedos, decoloración de las uñas de los pies u otros cambios dignos de mención. Los pies deben lavarse con regularidad para evitar infecciones y las uñas deben mantenerse a una longitud adecuada. Considere la posibilidad de contratar un servicio externo si tiene un ser querido que necesita regularmente una asistencia que usted no puede proporcionarle.
Calzado adecuado
Algunos estudios revelan que muchas personas mayores llevan zapatos demasiado pequeños por razones como un cambio en la forma del pie, no darse cuenta de que sus pies están creciendo o simplemente por estética. Asegúrese de que su ser querido tenga suficiente apoyo y evite llevar zapatos potencialmente dañinos.
Ortesis de pie
Son plantillas especializadas que se colocan dentro del zapato. Pueden comprarse en la tienda o prescribirlas un podólogo. Estas plantillas pueden ayudar a reducir el dolor y cambiar la posición del pie al estar de pie o al caminar.
Prótesis adecuadas
El cuidado de los pies de las personas mayores puede incluir prótesis personalizadas si se ha perdido alguna extremidad. Si es necesario, asegúrese de que su ser querido tenga la prótesis adecuada que pueda cuidar para garantizar la salud de sus pies y su salud en general.
No permita que el dolor de pies afecte a sus años dorados
Aunque los problemas geriátricos de los pies están muy extendidos, no tienen por qué restarle independencia. Si cuida correctamente sus pies, contribuirá a mejorar su movilidad y su salud en general. En Prime Care, nuestros profesionales se preocupan por la salud de nuestros pacientes. Si está interesado en saber más sobre cómo podemos ayudarle, ¡reserve una cita con nosotros hoy mismo!